viernes, 22 de enero de 2010

MATRIMONIO: CURIOSO DEBATE

Las palabras, como todas las cosas, se desgastan con el tiempo. En este sentido, a las palabras se les puede aplicar aquel dicho que tanto se practica entre la clase política: “donde dije digo, digo diego”. Por ejemplo, la palabra “respeto” ha llegado a significar para muchos “miedo”. Igualmente, es una pena que muchos crean que la noble y necesaria “agresividad” sea lo mismo que “violencia”. Por otro lado, hay palabras que tendrían que haber sido ya archivadas en los sótanos arqueológicos de la Real Academia de la Lengua y, sin embargo, siguen circulando por nuestras iglesias, juzgados y ayuntamientos, ocultando, eso sí, su naftalinosa anacronía. Y no sólo, sino que hay muchas palabras, en sí mismas ya caducadas, que últimamente están siendo vivificadas por unos y por otros, con la intención de monopolizarlas, unos como tabernáculo de lo sagrado y otros como fuego prometéico arrebatado a los dioses. Me refiero a la palabra “matrimonio”. ¿Conocerá el Sr. Rouco Varela la etimología de la palabra en cuestión? Supongo que sí porque sabe latín, aunque si la conoce no entiendo por qué tanta divina pasión por ella. Ignoro si los/las heterosexuales y los/las homosexuales, que reivindican también para sí el término “matrimonio”, algunos con gran vehemencia, están enterados de cuál es su significado etimológico.

La palabra “matrimonio” se obtiene por la mezcla de dos palabras latinas, un sustantivo “mater” (madre) y un verbo “emere” (comprar). De manera que “comprar una madre”, se dice en latín “matrem emere”, de donde deriva el término “matrimonio” que es el acto social por el que un hombre compra y paga a una mujer para que le dé hijos como mano de obra barata, con el fin de trabajar en la hacienda familiar.

El término “matrimonio” destaca sólo a la mujer paridora y comprada para tal función, al hombre lo ignora. Evidentemente, la “mater” queda destacada no como persona ni como mujer; sino como “objeto” capaz de parir hijos e hijas, mano de obra gratuita para la hacienda paterna. El “maritus” (macho) queda consagrado como macho-propietario de la madre mujer.

También puede ser una alternativa la etimología por la que “matrimonio” procede de “matris-monium” o de “matrem munere”. En el primer caso el “matri-monium” podría parecer el correlativo femenino del “patri-monium”, pero nada más lejos de la realidad. Mientras que el “patrimonio” abarca todas las propiedades exclusivas del padre-varón, sin embargo, el vergonzoso término “matrimonio” se refiere a la mujer, en su exclusivo rol de madre, como “función de” (“monium”), “función de madre” para el marido que la compra y es, por tanto, su propietario. La mujer es una simple función, un desencarnado rol en relación al hombre, que es su superior y su propietario.

Igual suerte corre la otra alternativa etimológica “matrem munere”, que significa “donar a una madre”. Quien dona a la madre, a la paridora, es su familia y es ella la que recibe el costo de la compra. Esta reducción de lo femenino a los ovarios se hace gracias al idealismo de Platón (427-347 a. C), plagado de dualismo, de desigualdad y, por tanto, de sexismo, de misoginia y de falocracia. Idealismo que asumirá con fruición la corriente, también dualista, del cristianismo estoico, sobre todo por obra de Agustín de Hipona. Con esta connotación surge el “matrimonio” en el Derecho Romano y es asumido, aunque dulcificado, en el Derecho canónico de la iglesia romana, en su libro IV, Título VII. Si el cristianismo no se hubiera amancebado con las filosofías idealistas de Sócrates, Aristóteles, Platón y los estoicos; sino que se hubiera abierto, críticamente eso sí, a las filosofías hedonistas, atomistas y epicúreas, nacidas en Grecia; si en Roma se hubiera optado por la igualdad placentera del epicúreo Lucrecio y no por el doloroso clasismo del estoico Cicerón, ni el término “matrimonio”, ni su anticristiana y antiética praxis hubieran prosperado y durado tantos siglos. Desgraciadamente, la iglesia católica, declarando la unión de una pareja heterosexual como “sacramento” (acto sagrado de alto significado simbólico), usa para ello el término “matrimonio” y eso que la iglesia siempre ha sabido latín…Estando la iglesia romana tan irreversiblemente condicionada por la inamovilidad dogmática, no es esperable que su jerarquía episcopal haga un acto de renovación y de respeto sustituyendo el término “matrimonio” por otro más digno y más actual. Más bien luchará, como lo está haciendo, por recuperar su monopolio que le fue arrebatado, primero por la sociedad civil y, últimamente, por los colectivos gay.
¿Qué otro término puede ofrecernos nuestra lengua castellana para sustituir al anacrónico e irrespetuoso término “matrimonio?
Quien piense en la expresión “unión conyugal” que se desengañe. El adjetivo “conyugal” o el sustantivo “cónyuge” hacen referencia al “yugo” con el que se juntan y se sujetan, por ejemplo, los bueyes. En España hubo un golpista militar, de triste memoria, que sujetó con el yugo y las flechas a sus paisanos durante cuarenta años. No es ni correcto, ni estético, ni ético que dos personas se unan con un yugo y se llamen, por tanto, “con-yuges”. Desde el punto de vista religioso, a esa pareja juntada con un yugo la dirige la Iglesia y, desde el punto de vista civil, la dirige el Estado.

Sin embargo, hay otro término menos usado y, quizás, injustamente desacreditado para sustituir al “matrimonio”, que es el término “casamiento”. En mi opinión, lo que realmente constituye y consolida a una pareja de novios es la decisión de vivir juntos en la misma “casa”. La pareja se une cuando “se casa”, es decir, cuando unen sus vidas y su proyecto vital conviviendo autónomamente en la propia “casa”. “Estamos casados o casadas” es una expresión igualitaria y no discriminatoria que pueden usar con toda corrección humana, ética y estética tanto las parejas homosexuales como las heterosexuales, si han decidido convivir como parejas estables en la misma “casa”. Pero también están “casadas” tanto las parejas que se unen por la via religiosa cuanto las que lo hacen por la via civil o aquellas que “se casan” por la tercera via, que es la via libertaria, sin la bendición de la iglesia ni la conformidad del Estado. Así que si el arzobispo católico de Madrid propone, como parece que quiere, un referéndum para que el término “matrimonio” se reserve sólo para las parejas heterosexuales, mi voto será más blanco que la sotana de Benedicto XVI, porque el término “matrimonio” debe simplemente abolirse para todos, pero, sobre todo, para todas. Siento de verdad que las parejas que se casan, cualesquiera que sean sus condiciones, religiosas, sexuales y civiles, sigan luchando por disputarse el insultante término “matrimonio”, con la buena intención (no me cabe duda) de dignificar su unión ante sí mismos y ante la sociedad. Dejen que el término “matrimonio” lo siga monopolizando la iglesia romana en coherencia con su estructural misoginia; pero las personas realmente libres, racionales y auténticamente espirituales pongan “casa” y “cásense” sencillamente…, sin más…, por cualquiera de las tres vías.

viernes, 15 de enero de 2010

EL NUEVO OBISPO DONOSTIARRA

         
         
          El 9 de enero del presente 2010 fue entronizado como obispo católico de San Sebastián José Ignacio Munilla Aguirre. Hombre joven de 49 años, nombrado obispo hace cuatro, tras sugerencia del Presidente de la CEE Rouco Varela. Es Licenciado en Teología y Espiritualidad. Es el explicador oficial del Catecismo Católico en Radio María y columnista habitual del periódico católico conservador ABC. En la Conferencia Episcopal se ocupa de la pastoral de la juventud, sin embargo, condena, sin paliativos, la homosexualidad, el matrimonio homosexual, la transexualidad, el aborto, la sexualidad prematrimonial, la masturbación, el uso del preservativo. Admite exclusivamente, como lo hace su Papa Ratzinger y su Presidente Rouco, el método anticonceptivo Ogino-Knaus. El obispo Munilla es contrario a la apertura que Juan XXIII deseaba al convocar el concilio Vaticano II, por eso es tan preferido de Ratzinger y de Rouco que, como todos sabemos, están haciendo lo imposible para que la iglesia católica regrese a las posiciones dogmáticas, morales y litúrgicas preconciliares. Son importantes estos sencillos datos biográficos del obispo Munilla para poder entender lo que sigue.

Todos saben que, hace un par de semanas, el 77% de los sacerdotes católicos vascos (en total 131 nombres) firmaron un documento, protestando por el nombramiento de Munilla Aguirre como obispo de San Sebastián. Las razones de este rechazo son razones que, desde la visión cristiana (¡desde la católica no!), tienen su explicación.

Primera razón: los sacerdotes se quejan de que el obispo Munilla no ha sido elegido por el pueblo, lo contrario de lo que ocurría en los primeros tiempos del cristianismo; sino a dedo por el Presidente de los obispos españoles, Rouco Varela, y, luego, reconfirmado por el obispo de Roma. Munilla ha sido designado obispo siguiendo el conocido criterio “de tal palo, tal astilla”. En la época más cercana a Jesús de Nazareth, los obispos cristianos eran elegidos por la propia comunidad y, por ello, eran respetados y seguidos. Esos sí que eran humildes, porque al ser elegidos por el pueblo, no eran prepotentes sino gente del pueblo, es decir, “laicos”, mientras que Munilla, en la jerarquía católica, no es “laico”, sino “clero”, es, como todos los obispos desde mediados del siglo II, obispo monárquico, designado autoritariamente por el Monarca absoluto que es el obispo de Roma. El 77% de los curas vascos, protestan por esa forma imperial, nada cristiana (aunque sí católica…) de nombrar un obispo.

La segunda razón: el 77% de los curas vascos protesta porque el obispo Munilla pertenece a la ultra derecha más inflexible del catolicismo olé y olé. Y tienen razón, porque Jesús de Nazareth, de quien Munilla se siente paradójicamente representante, pertenecía a la corriente más progresista, tanto religiosa como política, de su pueblo judío. Jesús se enfrentó muy duramente con la derecha más reaccionaria del judaísmo, la derecha religiosa representada por el Summus Pontifex Caifás y la derecha política representada por el reyezuelo Herodes, porque propuso una renovación radical de la conciencia individual y social, que la derecha inmovilista rechazó violentamente. Tan duro fue aquel encuentro con Jesús, que tanto el religioso Caifás como el político Herodes, aupado por el superpolítico Pilatos, fueron los verdugos que lo mataron. Los curas vascos tienen más razón que un santo, porque ni Munilla, ni Rouco, ni Ratzinger se parecen a Jesús de Nazareth en su posicionamiento socio espiritual que le costó la vida, no son progresistas; sino ultra conservadores. Es que ser cristiano y, a la vez, ultra conservador supone una inaceptable “contradictio in terminis”. El Vaticano quiso encandilar a los vascos con un obispo donostiarra, Joseba Iñaki, que, además, habla euskera, para poder colarles a un ultraderechista y centralista y eso no es cristiano, sino vaticanista. Eso es lo que descubrieron el 77% de los curas vascos.¡Enhorabuena!

La tercera razón: Los 131 firmantes del documento se quejan implícitamente del centralismo antinacionalista de Munilla. Lo ven alejado de la realidad vasca, no encarnado en el pueblo de Euskadi y temen que sea teledirigido por Rouco Varela y Martínez Camino desde Madrid, sabiendo que ambos se oponen a las libertades que propone el Vaticano II. También esta razón está fundada en principios genuinamente cristianos. Jesús nació y vivió en una tierra colonizada y subyugada militarmente por el imperio romano. Que sepamos, Jesús de Nazareth no alimentó ni dirigió ningún movimiento político nacionalista contra Roma. Pero hay indicios, más que suficientes, para afirmar que nunca fue un colaboracionista; más bien, se le observa claramente identificado con su pueblo, oprimido tanto por la religión como por el poder político extranjero. No es ningún atrevimiento, sino todo lo contrario, suponer que Jesús adoptó una postura sociopolítica que hoy llamaríamos “nacionalista”, aunque, eso sí, de un pacifismo y aperturismo radicales, tipo Mahatma Gandhi. Ser nacionalista ni es malo, ni es anticristiano. Jesús se opuso claramente a la teocracia judía (César y Dios no son lo mismo) y por ello rechazó el centralismo asfixiante, tanto religioso como político; el mensaje de Jesús, que sus discípulos y Pablo entendieron perfectamente, suponía la solidaridad universal, todos iguales bajo la paternidad del único Dios Amor. Ese fue el motivo de su tortura y de su condena a muerte. Desde esta visión cristiana, los curas vascos tienen razón en exigir que su obispo sea una persona encarnada, como lo hizo Jesús, en la realidad nacional vasca y no en una realidad fantaseada por el centralismo de Rouco desde Madrid o por el de Ratzinger desde Roma. A Munilla Aguirre no le reprueban como persona; sino como obispo, porque no lo ha elegido el pueblo vasco, porque es ultraderechista y porque, siendo obispo monárquico, es más centralista que nacionalista.

Fuera de programa, el obispo Munilla afirmó, hablando del matrimonio católico heterosexual, que éste es indisoluble, porque entre el esposo y la esposa hay un tercero que es Jesucristo. ¡Increíble proyección voyeurista de Munilla en la venerable figura de Jesús de Nazareth, que nunca se metió en la intimidad afectivo sexual de nadie! Es costumbre del clero católico meterse con los esposos en su alcoba, para dirigir con criterios extrañamente morales lo que han de hacer o no! Siempre dije que no hay mayor irrespetuoso voyeurismo que el de la jerarquía católica.



El comentario del obispo Munilla sobre la tragedia asoladora de Haití, comparándola a la baja con la ausencia de espiritualidad en España, me deja petrificado, sin capacidad de reacción, me atrevo sólo a musitarle al oído que se ponga de rodillas, con los brazos en cruz y con dos orejas de burro hasta que termine la próxima cuaresma. Después le pediría que vendiera su anillo, su cruz pectoral y su báculo, objetos de oro y plata, y enviara el dinero a Haití.

sábado, 9 de enero de 2010

¡SI YO TUVIERA UNA ESCOBA!



Hay mucha gente que tiene la buena costumbre de hacer limpieza general al comienzo del nuevo año. En mi casa natal, esa limpieza incluía deshollinar techos y tuberías, aligerar roperos y cajones, barrer en la azotea alfombras y sacudirlas con fuerza con un sacudidor, abrir los colchones para escardar la lana arremolinada por el tiempo. La limpieza era total, por ello duraba una semana. La noche de Reyes, la casa tenía que estar limpia como los chorros del oro. Pero en nuestra casa común que es el mundo, también es necesaria una limpieza de choque, una limpieza a fondo y global, al llegar 2010. Si yo tuviera una escoba, ¡cuántas cosas barrería! Ya sé que hoy tenemos potentes aspiradoras; pero yo prefiero la escoba, me parece más sencilla, más mágica y hasta más erótica. Y yendo al grano, ¿cuántas cosas barrería, si yo tuviera una escoba?

En primer lugar, barrería de la sociedad, a Bush padre, Bush hijo, Cheney, Rumsfeld, Rice y Blair, como malhechores de la humanidad, ladrones, genocidas, torturadores y gente cuyo único objetivo en la vida es ganar dinero a toda costa y como sea. Si yo tuviera una escoba, los llevaría a los tribunales y haría que investigaran a fondo el origen de sus bienes muebles e inmuebles. Es gente muy peligrosa, por lo amorales que son, y que han sedado, con crónica anestesia, los aspectos humanitarios, éticos y sanos de su conciencia. No puede ser posible que gobernantes que han causado tantísimo dolor, tantísimos muertos, tantas indignas torturas y que han destruido tantísimos pueblos y ciudades queden impunes, sólo sometidos al juicio condenatorio de la historia, que, por cierto, ya se ha producido. Nuestra sociedad internacional queda marcada por la indignidad cómplice, si no reprueba con contundencia la inhumana actuación de estos antimodelos sociales. El texano G.W.Bush es un digno émulo, con ropaje legal, de Adolf Hitler. Por la misma razón, aunque en menor grado, le daría dos buenos cogotazos a José María Aznar, para ver si escupe su complejo napoleónico. Insisto en la idea que ya propuse en otras ocasiones, de crear un parque público, que podría llamarse el Parque de las Vergüenzas, donde exponer los bustos caricaturizados en cartón piedra de los malhechores de la sociedad y de la Tierra. ¿No se aprovechan los parques públicos para colocar bustos de los bienhechores de la sociedad? Eso sirve para conocer nuestra historia y conservar su memoria. ¿Es que los malhechores no forman la parte oscura y vergonzante de esa historia? Desde luego, tan malo o peor es olvidar a los malhechores que a los bienhechores. Como los malhechores, mentirosos, usureros y corruptos van en aumento, habría que limitar el tiempo de exposición de sus bustos en el Parque de la Vergüenza, porque me temo que “no hay parque pa’ tanta gente”. Si yo tuviera una escoba, mantendría limpio ese Parque, para que fuera visitado por todos los ciudadanos, niños, adultos y ancianos, aprovechando los días claros y limpios de luz.

En segundo lugar, barrería de la sociedad a la banca de la usura, del abuso y de la explotación de los ciudadanos. No es justo, no hay derecho que los banqueros se enriquezcan de esa manera tan espectacular, a base de explotar sin compasión a los ciudadanos necesitados de efectivo. La banca es ciega y sorda a la hora de comprender y de ayudar a sus clientes cuando estos pasan apuros económicos, la banca no ha sabido ser solidaria porque no entra en su filosofía. Es una actitud insoportable por impresentable. Se escudan los banqueros en la consabida justificación de que “los negocios son los negocios”, para exprimir el último céntimo del cliente asfixiado por la crisis. Con una buena escoba barrería a los señores de la usura, a los banqueros que, con sonrisas pegajosas, se enriquecen explotando las necesidades ajenas y que han sido los fundamentales causantes de esta gravísima crisis sistémica. Porque no olvidemos que el sistema materialista-capitalista, que es el que está en crisis, ha sido inventado y sostenido por los que poseen el poder de la economía y de las finanzas, es decir la gran banca. No es aceptable que los bancos intenten lavar su más que justificada culpa, con las abluciones penitenciales de las Obras Sociales. Yo sé que esto les duele, pero fue precisamente un amigo banquero quien me hizo caer en la cuenta de esta bella trampa. Si yo tuviera una escoba, barrería la intención usurera de los bancos y dejaría a los profesionales honrados, que colaboran y no compiten con los ciudadanos.

En tercer lugar, si yo tuviera una escoba, barrería el sistema de partidos políticos. Estas organizaciones políticas resurgieron modernamente en la primera mitad del siglo XIX. Trataban de ser asociaciones políticas alrededor de una ideología, sostenidas por un líder más o menos carismático, que preparaba sus campañas presentando sus programas y sus listas de candidatos con la intención explícita de gobernar en las diversas instancias del Estado. Muy pronto, los políticos de estos partidos fueron construyendo una estructura férrea, rígida, piramidal y antidemocrática como esencia natural, ¡el alma!,  de cada partido. El partido es esa institución que, a través de su ideología (no hace falta que sea muy clara…) y de la atracción emocional de su líder (que sí tiene que ser autárquico…), atrapa adictivamente la intención de voto del mayor número posible de personas. Unas serán militantes del partido y otras, serán sus simpatizantes. El partido sabe que a ambos grupos tiene que cuidar, endulzar sus hieles, prometerles mieles y desprestigiar a cualquier otro líder u otro partido que amenacen con su capacidad de atracción. Cada partido alberga y alimenta el deseo profundo de que los demás partidos desaparezcan, todos anhelan alcanzar la mayoría más absoluta posible y, si por ellos fuera, les gustaría gobernar sin la mínima oposición. Por otra parte, un partido político es un atrapador de votantes incondicionales, de fieles adictos a la ideología, más floja o más dura, encarnada por el líder. Cuando el líder se equivoca o decide ser un corrupto, sus adictos cierran los ojos y hasta lo defienden, porque la cohesión y la fuerza de un partido dependen de la indisoluble unión de sus adeptos, sea en la verdad como en la mentira, en la inocencia como en la culpa, da igual. Por eso, si en el seno de un partido surge una corriente crítica de librepensadores, comienza entonces el declive de su poder. En el nuevo sistema o paradigma político, los partidos, (que se llaman así porque parten a la sociedad) deben desaparecer. La persona que quiera gobernar al Estado, a una Autonomía, a un Cabildo o a un Ayuntamiento, que haga su programa y confeccione su equipo, que organice su propia campaña electoral, pero nunca desde el pseudolegal mentidero de un partido político. Evidentemente, no es cuestión de que se prohíban los partidos políticos; sino que los ciudadanos entendamos y decidamos que no deben existir y, por tanto, que no nos afiliemos a ninguno, que mantengamos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro voto en total estado de libertad. Ya sé que es difícil montar un paradigma democrático sin partidos políticos, simplemente porque nos hemos habituado a ellos; pero no porque sea imposible y los partidos políticos constituyen una de las falsedades más dañinas del actual sistema incorrectamente llamado democracia, ellos mismos son el estereotipo de lo antidemocrático y de lo dictatorial, además de ser un seminario para la formación y defensa de trepadores, de parásitos sociales y de corrompibles. Por eso, si yo tuviera una escoba, barrería a todos, absolutamente a todos los partidos políticos, para empezar a crear el nuevo paradigma que pueda llamarse sin falsedad democracia.


domingo, 3 de enero de 2010

LA FAES DE AZNAR Y RAJOY



 Cuando se afirma que la FAES (Fundación para el Análisis y Estudios Sociales) es de José María Aznar, se dice la verdad. La gente se refiere con toda certeza a la “FAES de Aznar”. También es verdad que la relación que hay entre la FAES de Aznar y Mariano Rajoy es que, con la primera le salió al segundo el tiro por la culata. De todas formas,  la FAES de Aznar le ha marcado  férreamente al PP la estrategia como partido de la oposición, desde aquel sorpresivo 14 M 2004. La FAES, aunque aparece por vez primera, como laboratorio de ideas y estrategias, en la Comunidad de Castilla y León en 1989 y en 1992 adquirió ámbito nacional, fue, sin embargo, el 1º de diciembre de 2003 cuando  adquiere su nombre y su renombre en la España gobernada, todavía, por el PP, con Aznar a la cabeza, aunque a quince meses de ser descabezado. En efecto, el 14  M de 2004 el proyecto político español del PP se fue al traste: ¡Rajoy pierde las elecciones generales! Realmente, las pierde Aznar por su complejo napoleónico, que le hizo enfrentarse contra la inteligencia y contra el pueblo español. El “napoleoncito castellano” llegó al orgasmo político cuando consiguió fotografiarse, pequeño y bigotudo él, entre Bush y Blair, declarando, el 20 M 03, la guerra contra Irak, que les llevaría, en dos pataditas  a aniquilar el terrorismo internacional…, simbolizado para ellos en el arsenal de armas de destrucción masiva…, escondido en las cuevas de Alíbabá por Sadam Husein. La FAES se engrosó con la fusión de varias fundaciones del PP y a medida que se acercaba el final de la era Aznar, sus dirigentes modelaban  la FAES como la plataforma que dirigiera la carrera del futuro ex Presidente Aznar. Querían los dirigentes del PP, aquellos que continuarían en la vida política y los que formarían el nuevo gobierno, Rajoy y sus fieles, que el autoritario Aznar estuviera dignamente entretenido pariendo ideas y estrategias desde la prestigiosa FAES, lejos de la Moncloa y de los ministerios y que, a la vez, su importante e inflado narcisismo se sintiera bien cuidado con visitas de alto rango, con clases magistrales universitarias, comparecencias en foros internacionales de altura y otras drogas para calmar la ansiedad (léase “mono”) de los ex mandatarios, entre las que están, los pingües sueldos. Sin embargo, José María Aznar, precisamente apoyándose en su FAES, ha dado bastantes quebraderos de cabeza a sus compañeros de partido. Aznar, ex presidente del Gobierno español, ha criticado y critica rastreramente a su sucesor, legalmente elegido, que es su presidente y que representa democráticamente a su patria. Aznar ha hecho lo imposible por humillar a Rodriguez Zapatero. Este resentido ex jefe de Gobierno, según fuentes de información muy certeras, sigue dependiendo, ideológica y estratégicamente, de sus superiores norteamericanos (así los siente él, como superiores a imitar…). Un catedrático, bien informado, de nuestra ULPGC me confirmó, hace pocos días, lo que yo había sabido por las referidas fuentes: el grupo de expertos norteamericanos, muchos de ellos aconsejados por su amigo G. W. Bush, es el que planteó a la FAES el tipo de oposición que debería hacer el PP, después de perder el Gobierno en las elecciones del 14 M 04. Estrategia opositora fuerte y contundente, puesto que las razones de la pérdida del poder político fueron también fuertes y contundentes. Haber apoyado, en solitario, a Bush y a Blair en la guerra de Irak, contra la opinión pública española y mundial, contra la UE, contra la OTAN, contra su Rey y contra su Papa, no es asumible ni olvidable electoralmente. Si, además, se añade el castigo terrorista del 11 M, asociado con toda lógica a la declaración de esa injusta guerra, entonces la estrategia propuesta por los expertos norteamericanos, humillados, a su vez,  por el atentado de las torres gemelas, tuvo que ser realmente rotunda y machacante. Los expertos norteamericanos consultados por la FAES previeron que, con estas desventajas tan pesadas, el PP tenía que ejercer una oposición violenta, pertinaz, unitemática, competitiva y jamás colaboradora, oposición ciega, sorda, pero parlante a tope, si quería ganar en 2008 o más posiblemente, en 2012. Y efectivamente, es así. La oposición parlamentaria que, desde 2004, viene haciendo el PP fue sugerida por los expertos norteamericanos consultados por la FAES de Aznar. Hemos tenido una oposición parlamentaria visceral, emocionalmente incontrolada, dirigida por sentimientos como el rencor, el odio y la sed de venganza. Nunca ha sido una oposición racional, ideológica, de alternativas pensadas y elegantemente ofrecidas. Parlamentarios como Rajoy, Sáenz de Santamaría, Esteban Pons, De Cospedal, Cristóbal Montoro y otros, se han pasado cuatro años de la primera legislatura socialista y  lo que llevamos con la segunda, cumpliendo de manera obsesivamente obediente el consejo norteamericano de la FAES de Aznar: “digan NO a todo; desgasten, sin tregua, la figura del Presidente del Gobierno culpándolo directamente de todo; ridiculicen permanentemente las acciones del Gobierno”. Esta estrategia, violenta y sádica, es muy eficaz porque crea un clima social de crispación, de confusión y, además,  la sensación general de estar siendo engañados. Una vez creado este clima, el yo inconsciente colectivo necesita encontrar un culpable para descargar la ira, generada por la frustración. El PP, con la sibilinamente acertada orientación de la FAES, señala como culpable al “padre de la horda, a quien hay que matar” y una inmensa mayoría de ciudadanos, empujados por una obediencia instintiva, efectivamente lo matarán. Hoy por hoy es  más que probable que Rodriguez Zapatero pierda las elecciones del 2012, primero porque ha hecho algunas cosas mal; pero sobre todo porque el método de los expertos norteamericanos de la FAES de Aznar, realmente funciona. El PP ha hecho y sigue haciendo el ridículo más vergonzante como partido de la oposición, en realidad no ha hecho oposición. A vista de todos está que el PP ha orientado toda su existencia, en estas dos legislaturas, a  ir envenenando al Presidente para conseguir el poder. A Aznar, a su FAES, a Rajoy y a sus fieles, nada, absolutamente nada, les importa, ni España ni los españoles. No sólo se les ve que se alegran cuando las cosas empeoran (analicen bien la expresión facial de Sáenz de Santa María o de Pons cuando critican al Gobierno…); sino que están haciendo lo posible para que empeoren. Cada vez que Rajoy se visualiza en el espejo mágico como Presidente del Gobierno y sus secuaces como Ministros, cobran nueva fuerza para seguir atacando al Gobierno y envenenando al Presidente. Que el católico sacristanismo del PNV y de CiU hagan lo mismo, es obligatorio, ¡bueno fuera! Es mi gran petición al niño de Belén: que los innobles se ennoblezcan y que los nobles sigan avanzando.




EL SECRETO DEL SINVERGÜENZA


Uno de estos días se me ocurrió pensar en los secretos de la gente, en nuestros secretos, en los secretos de cada uno de nosotros, en los secretos de un Francisco Camps, de un Carlos Fabra, de un Ricardo Costa, de un Dimas Martín o, incluso, de un Silvio Berlusconi y terminé pensando en los secretos de los canarios. Me impresiona saber que cada uno de nosotros es portador de uno o más secretos conscientes. Hay secretos maravillosos, luminosos y, desde luego, positivos y vitalizadores. Hay otros secretos nefastos, mal olientes, rojos de la propia vergüenza y destructivos. Luego están los insondables secretos inconscientes, pero esos ya nos meterían en inescrutables profundidades abismales. El británico Kenneth Tyran Peacock, crítico de teatro y escritor, dejó dicho que “una neurosis es un secreto que Vd. no sabe que está guardando”, ¡muy interesante! De hecho, como afirmó el psicoanalista Cesare Musatti, todos somos neuróticos; por eso, también es verdad que todos somos “secretarios”, es decir, portadores de secretos conscientes o inconscientes. Pero lo que a mí me impresionó fue imaginarme ciertos secretos de ciertos canarios; diríamos “secretos conscientes” de “canarios inconscientes”, donde el término “inconsciente” lo tomo, italianizándolo, como sinónimo de “inmoral”. Quiero decir que entre los variados tipos de secretos, hay uno muy especial que es el que prefiero llamar “secreto del  sinvergüenza”, un secreto por el que un sinvergüenza experimenta, curiosa y paradójicamente, una inmensa vergüenza, tanta vergüenza que lo mantiene herméticamente cerrado hasta el día en que un juez se lo extrae con sacacorchos. Me imaginé paseando por los pasillos de cualquier Ayuntamiento o Cabildo, o por cualquier Consejería o por la misma Presidencia del Gobierno Canario, tropezándome con altos funcionarios y altos cargos, cada uno con su  secreto a cuestas. ¿Cuántos de estos conciudadanos, me pregunté sigiloso, al servicio del Municipio, o de la Isla o de la Autonomía, unos parapetados tras sus escritorios, otros correteando de acá para allá como hacendosas hormigas por los corredores, son portadores del “secreto del sinvergüenza”? Asombra la cantidad de máscaras que, durante años, llevaron los ciudadanos del “secreto del Faycan”, o los del “secreto de la Unión” o los del “secreto de Las Teresitas”, o los del “secreto de San Miguel de Abona”? Son los “secretos del sinvergüenza”, ocultos y disimulados a la casi perfección con máscaras comparables a las impecables baute venecianas, tanto más impecables cuanta más vergüenza de su secreto siente el sinvergüenza. El resto de los honrados ciudadanos, deambulan entre los políticos con una fundada y creciente actitud paranoide, preguntándose en silencio: ¿será éste, será ésta miembro de la “secretaría de los sinvergüenzas? Muchos de estos portadores de secretos inconfesables, se han llevado una gran alegría en las pasadas elecciones europeas. Han visto que muchos dueños del “secreto del sinvergüenza”, que están siendo investigados, por ejemplo, en Valencia, Madrid y Canarias, han sido, incluso, premiados por sus votantes. El “secreto del sinvergüenza” es ya un síndrome psicosocial que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debió haber elevado al nivel 6 de alerta y haberlo declarado pandemia… ¿Alguien duda que la corrupción, amparada por el “secreto del sinvergüenza”, es mucho más letal y está más extendida que la gripe A, que tanto sospechoso revuelo está armando? Sin embargo, esta peligrosísima pandemia se ha puesto de moda, como se puso de moda la cocaína entre intelectuales, políticos y empresarios. Hace daño, mucho daño; pero le da chispa a la vida… Algunos gobernantes y algunos empresarios, sin ir más lejos el ya conocido pequeño empresario, fascista y engominado y de encarnados mofletes, están molestos no porque en su partido haya un buen montón de portadores del “secreto del sinvergüenza”; sino porque no han sabido guardarlo, se lo están sacando a tirones, cual vieja muela bien enraizada. Sospechamos que las raíces de la muela Gürtel llega hasta los tobillos. Pero los votantes de estos peligrosos “secretarios” son tozudamente fieles, casi proyectando en ellos sus secretos inconfesados y sus frustrados deseos de maravilloso porvenir. En esta España cañí y en la sumisa Canarias, el secreto del sinvergüenza suele ser el más cotizado y el más premiado, electoralmente.

viernes, 1 de enero de 2010

CARTA DE UN ABUELO



Perdonen las demás abuelas y abuelos el atrevimiento de escribir esta carta también en su nombre. A partir de seis décadas de edad, la opinión común nos conoce y considera como mayores, ancianos, viejos. Tengo que decir que ninguno de esos calificativos me molesta, porque aprendí a vivir en la realidad y he asumido que soy mortal, en parte desde luego; además de que, siendo abuelo, puedo también ser más sabio. Me dirijo, desde mis sesenta y siete agostos, a mis nietos; pero también a todos los nietos de los abuelos como yo.

Es cierto que al llegar a estas alturas (o bajuras, según se mire) se tiene la sensación de que, “bóbilis bóbilis”, la vida se pasa como un soplo, “le souffle du printemps”, del Werther de J. Massenet, que cantaba, sin igual, nuestro paisano Alfredo Kraus. A Vds., queridos nietos, les acompaña también el mismo soplo primaveral de la vida. Pero tengo que añadir que la larguísima inspiración vital, que precede al soplar, ha sido y sigue siendo, para mí, maravillosa. Y ha sido a base de inspiraciones y de “souffles” que he llegado a ser abuelo. Siento mucho y no entiendo ni acepto que para otros abuelos y abuelas como yo, en África, en América o aquí mismo en nuestra casa canaria, la inspiración de la vida no sea en absoluto placentera y que, por consiguiente, la vida no sea  para ellos un soplo de primavera. Son las incomprensibles contradicciones del escándalo metafísico, de la injusticia social y cósmica, de la que todos somos relativamente responsables. No se desanimen por ello, yo tengo la esperanza de que Vds. intentarán, de verdad, transformar esta sociedad dolorida, en otra sociedad solidaria y de mayor disfrute. En todo caso, queridos nietos, no se apunten nunca a políticos corruptos, ni a gobernantes cínicos y engreídos, ni a banqueros usureros, ni a curas pederastas, ni a obispos inquisidores, ni a hombres maltratadores, ni a dentistas para millonarios, ni a madres chantajistas. Tampoco se apunten a papas infalibles, ni a ayatolaes endiosados, ni a sectas salvadoras, ni a fans de estereotipos televisivos hechos de retales y de zurcidos.  

Miren, tres cosas les pido, queridos nietos, desde mi atalaya de abuelo: una, que no cultiven el olvido, otra, que alimenten el agradecimiento y la tercera, que consoliden el amor libre.


En primer lugar, el olvido. El olvido es un virus portador de desgracias y de muerte. Olvidar es como no querer tener historia, siendo así que todos somos seres históricos. Olvidar es darle un golpe bajo a nuestra conciencia de identidad, que siempre es una conciencia histórica, por eso es cierto aquello de “dime lo que olvidas y te diré quién eres”. No olviden las raíces que los agarran a esta Tierra canaria, que es para Vds. el territorio de su propiedad, porque ignorar y  no cultivar esas raíces es crecer sin seguridad, sin energía y sin sentimiento de pertenencia, lo cual es muy peligroso. No olviden la prosa y la poesía que nos dejaron nuestros escritores y escritoras; las riquísimas comidas de nuestras abuelas; la emocionante música de nuestros compositores; la cálida artesanía de nuestros bordados, calados, cerámica; el apasionante divertimento de nuestras verbenas y romerías. No falten, queridos nietos y nietas, a la Rama de Agaete, ni a la fiesta del Charco en La Aldea, ni a la del Carmen en La Isleta, ni a la fiesta del almendro en flor en Valsequillo, ni a la fiesta del Pino en Teror, ni a la del Cristo en Telde, ni a la fiesta del Rosario en Vegueta, ni a la de La Naval en el Puerto. Tenemos muchas fiestas más, búsquenlas y no dejen de gozárselas. Siéntanse orgullosos de haber nacido en Canarias, trepen a la frondosa flora canaria y coman con satisfacción de sus frutos. Encontrarán naranjas y mandarinas almibaradas de la Higuera Canaria (envidia de Valencia), mantecosos aguacates y mangos de Mogán, plátanos perfumados de Bañaderos, cremosas papas paisanas de Fataga, embriagadoras aceitunas amargas de Santa Lucía, tomates sabrosos de Las Tirajanas, castañas oportunamente otoñales de San Mateo y muchos frutos más que les invito a que Vds. descubran haciendo giras a nuestros pueblos. No olviden los frutos de nuestra cabaña, les recuerdo, especialmente, nuestros quesos. D. Gregorio Marañón, inolvidable médico, escritor, historiador y científico español, fallecido en 1960, siendo un reconocido amante de los quesos, dijo que como el de flor de Santa María de Guía en Gran Canaria, nunca había probado un queso. Visiten, queridos nietos, nuestros pueblos queseros, que los hay en cantidad y calidad envidiable, échense un pizco de queso, mojado con una copita de vino canario, en cualquiera de los cafetines de nuestros pueblos y sabrán lo que significa paladear con disfrute.  Rescaten, vivan, transmitan y defiendan su historia canaria, su cultura canaria, su arte y sus letras canarias. Admiren y veneren las costas y las playas, el sonoro Atlántico de Tomás Morales, las montañas de Néstor Álamo, los valles, los bosques y los barrancos de Gran Canaria. ¡No olviden que Canarias es su casa y su pueblo, que Vds. tienen que cuidar y que embellecer! Por favor, y por el bien de todos, ¡no se olviden que pertenecen al pueblo canario! Tampoco se olviden de los demás pueblos, de las demás tierras, de las demás culturas: ábranles el corazón y los brazos, respetando y exigiendo respeto, amando y exigiendo amor. No se olviden que la gente canaria es hospitalaria, porque los demás también fueron y son hospitalarios con nosotros; pero no se olviden que ya nos hemos dejado depredar, humillar y absorber más de una vez, ¡que eso no ocurra más nunca! ¡No se olviden!

La segunda cosa, queridos nietos, es que sean agradecidos. ¡Fíjense bien en la cantidad de cosas por las que tendríamos que dar gracias, a la vida o a Dios, a quien cada uno quiera! Ya sé que, a veces, suceden cosas por las que nos vienen ganas más bien de maldecir, no de agradecer. Maldecir la maldad no es malo; sino muy coherente y muy útil. Lo mismo que bendecir la bondad es muy bueno y saludable. Pues agradezcan y bendigan todo lo bueno que somos y todo lo bueno que nos rodea. Quizás, haya pocas técnicas relajantes más eficaces que la acción de gracias, por ejemplo, dense un paseo por la ciudad, por la costa o por el campo, dando gracias a la vida por lo bueno que encontramos en nuestro camino. No se olviden que “es de bien nacidos ser agradecidos”. Les sugiero que escuchen con atención y en actitud relajada, el gran himno humanitario de la chilena Violeta Parra, “Gracias a la vida que me ha dado tanto”. Nuestro pueblo canario siempre tuvo fama de ser un pueblo agradecido, en mis oídos resuenan aún con claridad las voces de mis abuelos y de mis padres, cuando exclamaban con frecuencia y con naturalidad: ¡todo va bien, gracias a Dios! Den gracias a la vida por la Tierra en la que Vds. nacieron, por su inmenso mar, por su benigno clima, por sus playas, sus montañas, por su gente, por sus ciudades y pueblos, por sus tradiciones y  sus fiestas. Den gracias por los primeros habitantes de nuestra Tierra, por aquellos antepasados nuestros que fueron conquistados por la fuerza, diezmados y asesinados muchos, colonizados todos, pero que nos transmitieron una Tierra y un Mar maravillosos, sin huella de maltrato. ¡Recuerden, veneren y den gracias a aquellos antiguos canarios y defiéndanles del injusto y mortal olvido! Nosotros hemos maltratado la herencia limpia que nos dejaron, yo espero que Vds., queridos nietos, reparen lo que nosotros no hemos querido cuidar. ¡Sean siempre agradecidos!

La tercera cosa que les pido, queridos nietos, es que sean gente de amor libre, que consoliden su libertad ante el sistema, ante este nefasto paradigma que ha creado una sociedad de desiguales, sin amor: prepotentes unos y víctimas otros; gozosos unos y dolidos otros. ¡Opónganse con toda la fuerza del amor libre a cualquier desigualdad, a cualquier discriminación de las personas! Esto sólo se consigue con el amor que, o se da entre iguales o hace iguales a los que creen no serlo. ¡No se les ocurra nunca creerse desiguales en dignidad y en esencia a nadie! Apóyense en la potencia de su amor libre y no rían nunca las gracias ni a los banqueros ni a los políticos. No aplaudan que los banqueros ganen más que los mineros; ni que los futbolistas ganen más que los pensionistas. ¡No es justo, no hay derecho que los ladrones del mundo ganen “legalmente” lo que, en realidad, roban! ¡Sean libres y valientes ante la banca, les aseguro que es la mafia usurera de nuestro tiempo!¡Reivindiquen, también, su libertad ante los partidos políticos! No se hipotequen afiliándose a ningún partido, mantengan su voto siempre liberado. ¡Decidan, por favor, la definitiva muerte de los partidos políticos, son las sanguijuelas y las pirañas de la democracia! Ellos son la trampa, bien preparada, de una democracia falsa y peligrosa. Si alguien quiere gobernar que se busque su equipo  y que se presente en campaña electoral, sin el disfraz paragüero de ningún partido; sino con su programa por delante y a cara descubierta, para que los ciudadanos sean libres de votar a quienes quieran y de retirar el voto cuando dejen de merecerlo. Después de tantos años  peinando canas y viendo lo que he visto, yo les digo que el nuevo paradigma u orden mundial tiene que pasar por la desaparición de los partidos políticos, que son las cuevas de Alí Babá que inventó esta pseudo democracia. En cualquier caso, ¡no negocien nunca con el amor libre!

Seguramente, queridos nietos, habría podido elegir otras cosas que pedirles o habría podido sumar otras más a las tres que les he pedido. Realmente, al preguntarme ahora por qué elegí esas tres, no sé responderme, lo cual me hace concluir que ha sido mi yo inconsciente el que cortó el bacalao. Por ello me alegro. De todas formas, estoy sintiendo que tengo ganas de escribirles otra carta, porque se me han quedado varias cosas en el tintero y espero que Vds. tengan la paciencia de leerla.


En fin, queridos nietos, por el momento tengan presentes estas tres cosas: no se olviden de quiénes son, sean agradecidos  y vivan como gente de amor libre, es decir,  sin miedo. Para acabar, les pido que respeten y veneren a los abuelos, no nos arrimen en las esquinas, porque a estas alturas ya no somos CRIANZA; sino GRAN RESERVA y Vds. saben que sólo los mentecatos desprecian un vino añejo.