martes, 26 de abril de 2011

AZNAR LÓPEZ, DEMENCIADO

No hay duda de que Aznar López vive en un permanente estado de malhumor. Sus últimas declaraciones como conferenciante español de derechas en el extranjero y las ultimísimas en Estepona, fueron tan asombrosamente incomprensibles que sirvieron para que algunos nos planteáramos la posibilidad de comprenderlo. Se trata de un ex Presidente de Gobierno que, reincidentemente, habla mal de su Patria en el extranjero y en casa y denigra, calumnia y envilece, de forma sistemática y compulsiva, al Presidente que democráticamente le sustituyó. Y esto lo hace obedeciendo ciegamente a los expertos USA asesores de su FAES. Le dijeron que, para recuperar el poder perdido en 2004, la gran estrategia es insultar, denigrar, dejar en ridículo a quien ahora tiene el poder, destacar exageradamente sus fracasos e ignorar absolutamente sus aciertos. En fin, le explicaron que no hay táctica más eficaz para hundir a una persona o a un Presidente que el ataque ad hominem paciente y constante, negándole, además, el pan y el agua hasta verlo morir odiado por una masa contagiada e hipnotizada. La FAES y, por ende, Aznar López, han dirigido escrupulosamente la estrategia del PP como principal partido de la Oposición. La oposición del PP en estos siete años de gobierno socialista ha sido vergonzosa y vergonzante, jamás ha sido una oposición racional y razonable y siempre fue y sigue siendo una oposición emocionalmente incontrolada e incontrolable, proyectora de rabia y de pésima frustración.

Con Aznar López ocurre que ni la comprensión verbal, ni la lógica, ni siquiera la comprensión empática son instrumentos eficaces. Con el único tipo de comprensión con la que puedo comprenderle es con la comprensión diagnóstica. Aznar López presenta toda la sintomatología y toda la semiología de un complejo de Napoleón, en su doble versión de Napoleón Coronado y Napoleón Destronado. Durante sus ocho años como Presidente de Gobierno ejerció su complejo de Napoleón Coronado. Enriqueció a las arcas del Estado y a los españoles con monedas de aire, procedentes de la burbuja inmobiliaria, que él infló con tal fuerza que perdió la visión de futuro. Construyó un encandilante rascacielos sobre base de arenas movedizas, del que se sintió orgulloso y cuando éste empezó a desmoronarse, miró silbando para otro lado. Luego, también ejerció de Napoleón Coronado cuando se empenicó a la altura de Bush y Blair en Las Azores, declarando la guerra a Irak, en contra de la ONU, en contra del Rey, en contra de su Papa y, sobre todo, en contra de la inmensa mayoría del pueblo y en contra del Parlamento. No envió soldados porque sus superiores no se los pidieron. Cuando, a causa de esa guerra mentirosa y a causa, también, de sus engaños en la gestión del 11-M, el pueblo le quitó la corona, apareció la otra fase de su complejo, la del Napoleón Destronado. En esta versión del complejo aumenta peligrosamente la tensión psíquica por la acumulación de rabia, de ira, de sed de venganza; pone en práctica, de forma obsesivo-compulsiva, técnicas indecentes para demonizar la imagen de su sucesor; avanza hacia la ausencia psicopática del sentimiento de culpa; se obnubila su conciencia cívica y el sentido del ridículo hasta identificarse con un malvado payaso; mezcla la incontinencia verbal con la confección de cadenas de sofismas, casi bien hilvanados; no siente que ha perdido el poder, sino que se lo han arrebatado injustamente y esto le carcome. Lo peor es que este complejo napoleónico supone un gasto tan ingente de energía, que acaba por demenciar y cretinizar a Napoleón en su doble versión. Ambos son malos y engendradores de maldad; pero ¿quién es peor, un Napoleón Destronado en la Oposición, o un Napoleón Coronado en el Gobierno?

lunes, 11 de abril de 2011

LOS PADRES DE LA CRISIS

Un viejo amigo de Madrid me puso el otro día los dientes largos. Dijo que me echó de menos el sábado 26 de marzo en la proyección del documental de Charles Ferguson, Inside Job, en el que se cuenta y se detalla toda la trama de la crisis financiera y económica que nos sorprendió en 2008. Mi amigo, además de darme su impresión, me envió la del periodista conservador José Antonio Zarzalejos Nieto en su Notebook. Tanto mi amigo madrileño como yo coincidimos en la crítica del ex director de ABC al documental de Ferguson. En primer lugar, nos extrañamos muy mucho que se dé una tan desmesurada propaganda a Torrente IV de Santiago Segura y se proyecte, casi en clandestinidad y en sospechoso silencio, Inside Job de Charles Ferguson en una sala de la Plaza de España de Madrid, sin pena ni gloria y ante apenas un centenar de personas. ¡Como si las causas, los malvados creadores y los protagonistas impunes de la Gran Crisis del 2008 no importaran a nadie! ¿Le habrá contado Zarzalejos a su admirado Ruiz Gallardón el contenido de Inside Job, de manera que éste, a su vez, se lo contara a su admirado mariano Rajoy y éste, a su vez, a sus patrocinadores? A estos emotivos compulsivos y rabiosos descontrolados del PP habría que encerrarlos en una sala y proyectarles el documental de Ferguson, sin descanso ni publicidad, hasta que cantaran delirantes Cucurrucucú Paloma…La trama que nos narra Charles Ferguson parte de la presidencia de Donald Reagan y alcanza hasta la del actual Barack Obama. La Gran Crisis de 2008 está causada, simultáneamente, por una determinada forma de hacer política y por una bien determinada actitud ética. Esa determinada forma de hacer política consiste en una progresiva y potente desregulación de la actividad financiera y de los bancos de inversión americanos, pero también británicos. Es decir, los políticos elegidos por el pueblo y que son los que tienen el deber y el poder de regular a los empresarios banqueros, no sólo no los regulan; sino que son regulados, manipulados y extorsionados por ellos. Esa determinada forma de hacer política ha dejado a los políticos vacíos de poder y en obediencia ciega ante los mercaderes, los sempiternos dueños de las actividades económico-financieras. Algo que debiera saber Mariano Rajoy y sus simpatizantes es que, tanto el Presidente Rodríguez Zapatero como todos los demás mandatarios políticos de la Tierra, son solo delegados políticos del verdadero poder económico-financiero, ejercido por unos cuantos mercaderes desalmados, conscientes de su poderío. La Gran Crisis de 2008 ha sido causada y provocada por esos desalmados, criminales de laesa humanidad, que han recordado contundentemente a los jefes políticos quién corta el bacalao y a quien hay que obedecer siempre, pero mucho más en época de crisis. Esos desalmados criminales, auténticas larvas vorazmente antropófagas, nacen y se reproducen provocando inmensas desigualdades en la humanidad, donde los pocos ricos (¡ellos!) se distancien en cifras astronómicas de los muchísimos pobres. Estas peligrosas larvas se adhieren a instituciones políticas, hijas del milenario paradigma capitalista, basado precisamente en la desigualdad socioeconómica, como el fundamentalista Tea Party y su cara, estéticamente operada, del Republican Party que, desde su fundación progresista y abolicionista en 1854, se ha deslizado hasta un impeditivo e insoportable conservadurismo neoliberal y pseudo cristiano. El propio Presidente USA ha tenido que arrodillarse ante el poder económico financiero, oculto preferentemente tras el Partido Republicano, que le ha recortado 38.000 millones de dólares en su presupuesto, colocando al Estado al borde de la catástrofe socioeconómica. En esto se parecen entre sí las derechas conservaduristas, hijas predilectas del poderío económico y financiero, en que soportan muy mal emocionalmente no estar en el poder político, no toleran con madurez democrática ocupar los escaños de la oposición. Braman y rugen por el poder que sienten como naturalmente propio y que no quieren compartir. Por ello, la oposición, como ha hecho nuestro enrabietado PP, persigue obsesivamente al Gobierno, negándole el agua y la sal, importándole muy poco el bien común, propiciando una mala imagen del Gobierno, como aconseja la FAES de Aznar López (“si quieres mover bigotes, en la FAES de Aznar López”), aunque esto vaya contra los intereses generales del Estado, porque la oposición de derechas sólo vive, sobrevive y pervive para llegar al Gobierno, que ellos consideran como su lugar político genética, natural y sobrenaturalmente de su propiedad (…CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA GRACIA DE DIOS…) Por ello, cuando en 2004 gana el PSOE, el PP no habla de alternancia política, sino de conspiración y de despojo y Rouco Varela dobla a muerte. Lo mismo ocurrió en USA cuando el Democratic Party gana al Republic Party, justo el año en que los mercaderes parieron la Gran Crisis de 2008. El PP existe sólo para hundir a Rodríguez Zapatero y el Republic Party a Barack Obama, ambos al precio que sea.

Decíamos que junto a esa forma determinada de hacer política, hay también una bien determinada actitud ética. Nos referimos a la codicia, a la ambición egoísta que define, ante todo y sobre todo, a la personalidad de los mercaderes, a la conciencia de los dueños del poder económico y financiero. La codiciosa y egoísta conciencia de estos desalmados criminales está tan imposibilitada de sentir culpa, que, según Ferguson, ninguno de los mercaderes que accedieron a ser entrevistados en Inside Job experimentó el más mínimo atisbo de arrepentimiento. Sí, sí… igual que los psicópatas, pero responsables y conscientes. El psicópata termina por creerse sus fingidos altruismos y caridades, acaba por creerse sus provisionales ternuras y buenas formas, llega a creer que quiere el verdadero bien de sus víctimas y, siendo un corrupto y sádico usurero, llega a creerse un bondadoso y hasta generoso prestamista. ¡Que Dios me libre de usureros y peperos, que de prestamistas y socialistas me libro yo!