martes, 27 de marzo de 2012

LA TENTACIÓN DEL SUICIDIO

En 1972 la editorial Rizzoli editó el libro de los neuropsiquiatras italianos Renato Giorda y Tullio Bazzi, con el título “Non mi uccido per morire” (No me mato para morir).En épocas de crisis agudas, tanto personales como colectivas, se registra un incremento del porcentaje de suicidios consumados y de desórdenes psicosomáticos y la OMS así lo advierte. La práctica psicoclínica también avala que, en tiempos de crisis agudas, aumenta el número de personas con ideas suicidales, que pueden manifestarse, también, en forma de sueños o ensoñaciones y que pueden ejecutarse o no. El libro de Giorda-Bazzi planteó una tesis, entonces novedosa, por la que el suicida se veía obligad@ a matarse para evitar la peor muerte, la muerte en vida, que se le hacía absolutamente insoportable dado el desproporcionado peso de su existencia y el bajísimo grado de su energía vital. A lo largo del ejercicio profesional como psicólogo clínico, aprendí que una de las clasificaciones tipológicas del suicidio, es la que distingue un suicidio por elección madura de un suicidio por error inmaduro.


Del primer tipo cito, por ser conocido socialmente, el suicidio de Ramón Sanpedro en enero de 1998, ayudado por una amiga. El Sr. Sanpedro eligió con madurez adulta interrumpir su vida, para él ya sin sentido e insoportable. La inmensa mayoría de la opinión pública, a excepción de las conciencias rígidas y fundamentalistas, considera este suicidio fruto de una elección pensada, éticamente bien pensada, lógica y madura. Cuando la vida se hace insoportable para alguien que la sufre, el suicidio se presenta como razonable, lógico y objeto de una elección libre y madura, que hay que respetar. Atacar diciendo que Dios es el único dueño de la vida, supone un concepto sádico y torturador de ese Dios. El Dios vengador y beligerante ha sido preferido por algunos al Dios Amor. Hasta la renovación del Derecho canónico de 1982, los suicidas ni recibían honras fúnebres ni eran enterrados en cementerio católico ¡Qué arrogancia y qué falta de respeto!

Desgraciadamente, hay también un suicidio por error. Es el que decide una persona víctima de un error existencial sobre sí mismo o sobre la realidad en la que vive. Me refiero a las personas que yerran sobre su valoración, sobre sus capacidades, sobre sus éxitos y se sienten falsamente inferiores e inútiles, sin serlo en absoluto o las que se sienten neuróticamente culpables, siendo bellísimas personas que jamás han delinquido o personas que se sienten incapaces de vivir sin otras. Un tal suicidio es triste fruto de un enorme error existencial, error que no anula el tremendo sufrimiento que asfixia el alma de quien lo padece.

Cuando las autarquías neoliberales y los fétidos mercados imponen recortes y ajustes insoportables para muchas madres y padres, para muchos jóvenes y ancianos, ¿tienen en cuenta que la capacidad de soportación humana tiene sus límites? ¿Caen en la cuenta estos dueños del poder y del dinero, que la vida humana puede perder su sentido y su razón de ser cuando las necesidades fundamentales no se pueden cubrir? ¿Saben nuestros mercaderes y gobernantes que una de las cargas más insoportables para un ser humano es verse injustamente tratado, manipulado, desposeído de sus derechos y humillado? Reflexionen con honradez los que ajustan, recortan y reforman tan dura, tan obediente y tan alegremente… Señores, hay más variables que las económico-financieras. La vida no es sólo materia, es también psique y espíritu y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de imponer insoportables reformas, ¿o es que Vds. gobernantes y mercaderes, no piensan así? Si es así, ¡díganlo de una puñetera vez!

martes, 13 de marzo de 2012

DICIENDO LA VERDAD

Decir siempre la verdad sigue siendo la obsesión del Presidente Rajoy. Los españoles se enfadaron gravemente con el ex Presidente ZP por mentir y por no ser claro, ni coherente en algunas ocasiones. Pero la verdad, cuando se dice, hay que decirla completa, porque ya conocemos el dicho: una verdad a medias puede ser una gran mentira. A la verdad le pasa lo que a la memoria histórica, ambas tienen que ser completas, porque de lo contrario, la primera podría ser una mentira dolosa y la segunda un olvido culpable. Recordar que Francisco Franco fue dictador, omitiendo que primero fue golpista y genocida, es una memoria incompleta que genera un olvido culpable.


¿Cuál es la verdad que el Presidente Rajoy quiere decir a los españoles, para diferenciarse de su predecesor que, según él, fue un mentiroso? La verdad del Presidente es muy negativa y pesimista, dice el Sr. Rajoy que todo, absolutamente todo irá a peor, a mucho peor, lo más trágico de esa verdad es que el número de parados aumentará. De hecho sabemos, por Caritas y por Cruz Roja, que la pobreza, la indigencia y la desesperación familiar se disparan sin contención. Esta negra y dolorosa verdad, el Presidente del Gobierno la está diciendo muy bien dicha. Pero hay otras partes de la verdad, por lo que se refiere a esta Gran Crisis, que el Presidente Rajoy no sabe o no quiere saber. Mi intención es recordar sólo dos de estas verdades ocultas. Una primera verdad oculta es que tanto el ex Presidente ZP como el Presidente Rajoy cumplen órdenes estrictas de los líderes más autárquicos y más neoliberales de la UE, como Frau Merkel y Monsieur Sarkozy. La diferencia está en que ZP obedeció y con ello traicionó sus principios socialdemócratas, razón por la que tenía que haber dado a la sociedad internacional la lección de su dimisión y la de su gobierno, convocando elecciones anticipadas y Rajoy obedece igualmente o más, pero sin necesidad de traicionar sus principios, porque éstos coinciden con los principios que guían a los mercados y a las autarquías neoliberales europeas. Sólo sus devotos traducen como “plantar cara a la UE” aquel quijotesco gesto por el que el Presidente Rajoy movió el déficit del 4,4 % al 5,8 %, cuando, en realidad, fue un truquillo acordado con la Frau para abrillantar su triste figura de quijote. La élite económica, financiera y política de la UE pasea ahora mucho más alegremente al bracillo de Rajoy por las remozadas rutas de la España neoliberal y católica, razón ésta por la que en el paseo también se añade la purpúrea eminencia de Rouco Varela, repartiendo “cartas pastoriles” a sus hijos respondones de la HOAC y de la JOC, auxiliado por su violáceo paje, mi señor Martínez Camino.Una segunda verdad oculta, la más grave, es que Rajoy, como fiel hijo de la derecha neoliberal, no opta por la igualdad esencial de los seres humanos, en este caso de los españoles. La reforma laboral que nos ha impuesto, apoyándose en la injusta aberración de su mayoría absoluta, es un evidente y sangrante ejemplo de su rechazo y del de sus correligionarios europeos a la igualdad esencial que la comunidad humana merece y necesita urgentemente. Se ahonda con esta reforma laboral en la desigualdad entre empresarios y trabajadores, unos fortalecen su poder y otros profundizan en su impotencia. Habrá más empleos basura a muy largo plazo, pero más desigualdad entre empresarios y trabajadores. Los ricos serán, cada vez, más desiguales del resto de ciudadanos. Esta es la filosofía fundamental del sistema neoliberal, refinada refundación del capitalismo radical. Y esta es la verdad más oculta, porque es la más peligrosa y más satánica: la desigualdad esencial de los seres humanos como base del sistema neoliberal, sistema coherentemente católico; pero absolutamente anticristiano y antihumano. Esta verdad oculta es tan grave que Rajoy no se la dice ni a sí mismo.