miércoles, 23 de noviembre de 2011

CARTA AL NUEVO PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Le felicito, Sr. Rajoy, por haber obtenido la confianza de una notoria mayoría del pueblo español. Siempre entendí que los cargos públicos no son cargos; sino pesadas cargas al servicio del pueblo. Por la carga en sí misma no le felicito; pero sí  le agradezco que la coja. La mayoría absoluta que Vd. ha logrado es siempre un gran mal para la democracia, es una situación muy peligrosa en la que los españoles han colocado a toda la nación.  Votando a un partido con mayoría absoluta, España ha dado un giro involutivo hacia la dictadura del rodillo y tendremos cuatro años para sufrirlo y para arrepentirnos. No le voté, Sr. Rajoy, pero como demócrata y ciudadano disciplinado, le acepto como Presidente del Gobierno, aunque con dolor. Yo rechazo su ideología y su praxis porque, de los partidos parlamentarios españoles el suyo es el que más se identifica y más apoya al sistema capitalista-neoliberal, que es, precisamente, el nefasto e injusto sistema que ha construido una sociedad basada en la más vergonzante desigualdad, en la injusticia y en la violencia institucional. ¡Ese es el sistema que ha emergido, con monstruosa virulencia, en forma de crisis de civilización, teniendo como autor intelectual y material al terrorismo financiero internacional!. El gran error suyo y de sus colegas políticos, es seguir insistiendo en el carácter exclusivamente económico de esta crisis, cuando estamos asistiendo a la catastrófica erupción de un tremendo volcán que llevaba siglos hinchándose al margen de nuestras conciencias. La erupción de este volcán está lanzando al aire en añicos los ladrillos podridos de nuestra  cultura, ladrillos económicos y financieros, ladrillos sociales, ladrillos políticos e institucionales, ladrillos educacionales, ladrillos religiosos y, sobre todo, los naturales ladrillos axiológicos. Esta crisis de civilización, que aún no ha tocado fondo, trae ya consigo varias lecciones que todos hemos de aprender, sobre todo un Presidente de Gobierno. Le quiero comentar sólo dos. La primera: que Vd. y los suyos saneen su mente y su corazón a la hora de gobernar. ¡Ojalá que opten por la transparencia, la serenidad firme, la responsabilidad y el talante educado y elegante! Durante su época en la oposición fueron Vds. muy crispantes, muy cínicos, vengativos, maleducados, desleales y muy poco interesados por el bien común. Nunca los demás partidos fueron así cuando Vds. gobernaban y espero que no lo sean tampoco ahora. Cogieron al Sr. Rodríguez Zapatero como chivo expiatorio y nunca reconocieron la mucha culpa que Vds. han tenido en la explosión española de esta crisis. El Sr. Rodríguez Zapatero y los suyos fueron castigados por culpables, pero Vds. han sido maniacamente premiados… ¡Qué cosa…! La segunda lección, sabida hace siglos, es que los legítimos representantes del poder popular son los que salen de las urnas, no los dueños del dinero ni de las finanzas. Estos, a la sombra del sistema capitalista, han dado un auténtico golpe de estado instaurando el reino de la asfixiante usura y del terror financiero. Vd. y sus colegas europeos deben tomar una histórica decisión ante estos golpistas y terroristas: recuperar el poder, todo el poder delegado por la soberanía popular, única fuente de legítimo poder. Esta es la  pesada carga que Vd. asume, Sr. Presidente. Lo económico y lo financiero están al servicio del Estado del bienestar y no al revés. Esta crisis nos ha demostrado precisamente lo contrario: la demos-kracia  ha desaparecido fagocitada por la oikonomos-kracia. En fin, Sr. Presidente, el pueblo español ha castigado severamente al PSOE por haber recortado gravemente la sociedad del bienestar, pero estaremos pendientes de lo que haga Vd. con el poder tan absoluto que este pueblo le ha delegado. Se sospecha que a más poder, más recortes, si manda el dios mercado… ¿O no? Su pariente la prima de riesgo  ya  ha tenido que ponerse a temblar… Suerte para todos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

LOS POLÍTICOS Y LOS PAÑALES



Acaba de recordarme un amigo la frase del poeta irlandés y premio Nobel Bernard Shaw: los políticos y los pañales deben cambiarse a menudo… y por los mismos motivos. El próximo 20N cambiaremos de pañales políticos o de políticos pañales. La diferencia entre nuestros políticos y los pañales de nuestros bebés es que los pañales se  cambian a mejor, un pañal ya hediondo se cambia siempre por uno limpio e inmaculado. Nunca ocurre que sustituyamos un pañal sucio por otro más sucio todavía. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos cambiado a políticos sinvergüenzas y corruptos por otros más corruptos y más sinvergüenzas aún? En Europa parecen arrepentirse de haber elegido a la derecha económico-político-financiera: a Berlusconi, a Sarkozy, a Cameron, a Merkel, a Passos Coelho en sustitución de lo que tenían. Mientras Europa parece regresar de enfoques neoliberales, España se acerca a ellos… ¿No es esto quijotismo? Cuando el otro día escuchaba al Sr. Rajoy que pedía, con franciscana sencillez, la unión y colaboración de todos los partidos políticos con el nuevo Gobierno de España, se me hizo insoportable su desvergüenza tras sus siete años como jefe de la oposición, una oposición marcada y dictada por la FAES del Sr. Asnar López. Oposición vengadora, emocionalmente incontrolada, desleal, antipatriota, cuyo único fin era el acoso y derribo del Presidente del Gobierno ya desde el primer minuto de la primera legislatura socialista, cuando aún quedaban más de tres años para el estallido de esta crisis de civilización, provocada por el terrorismo financiero. El otro mal olor del Sr. Rajoy y su equipo lo crea su hermético y altamente sospechoso silencio sobre la cruel crisis global, que los sádicos epulones del mundo han fabricado y sostienen. Que el Sr. Rajoy y su partido no vean y no acepten el decisivo influjo de esta enorme crisis de civilización sobre España, manifiesta, con evidencia solar, su mal olor bajo la línea de flotación y su irracional avidez de poder. ¿Qué hará el Sr. Rajoy y su partido, sobre todo, qué haremos los españoles cuando, a los 100 días de su mandato, si es elegido, el paro no haya bajado, sino subido y el estado del bienestar haya profundizado su deterioro, como avisa la UE? No puedo creer que cambiar a Zapatero-Rubalcava por Rajoy sea mejor. En mi opinión, el pañal de Rajoy está mucho más sucio que el que queremos cambiarle a Zapatero-Rubalcava, ¡que también lo está! Este sistema, hasta que llegue el momento de matarlo, nos obliga estratégicamente a la elección del mal menor, y, a mi juicio, el mal menor no es la derecha apadrinada por los mercados, nunca lo es y menos ahora. La derecha, en concreto la española, no es el mal menor  a elegir, entre otros, por los siguientes motivos: 1. El Sr. Rajoy ha hecho una desleal oposición  desde la hamaca de Peridis, comandado a distancia por la FAES del Sr. Asnar López: “¡No hagan nada, desprestigien al Presidente ZP, eso bastará!”. 2. El Sr. Rajoy y su partido rechazan derechos individuales (derechos de las mujeres, derechos de los homosexuales, derecho a la aconfesionalidad del Estado…) y varias libertades de las Autonomías. 3. Son los aliados naturales del dios mercado que ha corrompido al planeta Tierra desde sus raíces con un innegable terrorismo financiero. 4. Aunque lo nieguen, son proclives a la privatización de los servicios públicos, especialmente sanidad y educación, alimentando, probablemente sin ser conscientes, la desigualdad y la injusticia sociales. Es evidente, que el pañal político del Sr. Rajoy es bastante más sucio que el sucio pañal del Presidente ZP o el de los candidatos Sr. Rubalcaba o Sr. Cayo Lara. Pero, nos queda la triste ley electoral del mal menor, porque el hediondo pañal del neoliberalismo nunca será cambiado por sus fundadores los terroristas financieros y su  derecha política. Ellos usan mascarillas y se perfuman, los demás respiramos su peste.