sábado, 8 de octubre de 2011

¡NO PUEDE SER!

Nos queda algo más de un mes para  el  20 N. Quizás sea la vertiginosa marcha atrás de esa efemérides, junto con el adelanto que hacen los del PP de esa votación, considerándose ya electos, lo que me hace ver cosas que ¡no pueden ser! No puede ser que un partido, el partido principal de la Oposición parlamentaria, como es el PP, sea premiado y promovido como partido de Gobierno, habiendo sido el peor partido de la Oposición de la era democrática española. Aún más, si no lo comparáramos con ningún otro partido, el PP ha hecho, por sí mismo, una oposición emocionalmente descontrolada, desleal no sólo con el Gobierno, sino con los españoles, antipatriótica con España, arrogante, maleducada y crispante. En realidad, el PP no ha hecho oposición parlamentaria, sino un obsesivo ataque “ad hominem” a la persona del Presidente del Gobierno y eso, no sólo después de la crisis, sino años antes de que ésta estallara, es decir, en la primera legislatura socialista. Cualquiera que haya seguido las sesiones de control al Gobierno, ha podido comprobar el innecesario veneno con que los diputados del PP, especialmente Soraya Sáenz de Santa María, Pío García Escudero y Mariano Rajoy Brey, untaban sus preguntas al Gobierno. Si a estos tres diputados, añadimos a María Dolores de Cospedal García y a Esteban González Pons, yo no dudo que nos encontramos ante los cinco diputados con mayor exhibición de cinismo, de provocación y de torpeza en todo el arco parlamentario, tres dentro y dos fuera del Parlamento. De los cinco, por orden de impresentabilidad política, qué duda cabe que ocupa el primer puesto el felino Esteban González Pons, luego el melifluo y obediente Pío García Escudero, seguido de la segunda oficial Dolores de Cospedal.
¡No puede ser! No puede ser que el candidato más valorado, Pérez Rubalcaba, pierda ante el candidato menos valorado, Rajoy Brey. ¿Qué es, pues, lo que votamos, una marca política dogmatizada o un candidato libre? Sabemos que los votos de la derecha son votos egoístamente fieles y los de la izquierda son tan libres que pueden ser hasta desleales con razón. ¡Si no, fíjense lo que pasó el 22 M!
¡No puede ser! No puede ser que cuando los abusadores y omnipotentes Mercados ordenan la derechización de Europa (¡ojo! que quedan por derechizar sólo España y Grecia…) haya alguien que crea que lo hacen por el bien común, cuando para ellos, el bien común es el menos común de todos los bienes; sí, sí, igual que el sentido común de toda la vida. El PP, en los casi ocho años de Oposición parlamentaria, no se ha apoyado en el sentido común y, por tanto, no ha pretendido ni conseguido el bien común. ¡No puede ser! No puede ser Presidente del Gobierno de España quien desde la hamaca de Peridis no ha usado el sentido común y ha enviado a sus secuaces a desvariar y a crispar. No puede ser que cometamos otra vez el tremendo error del pasado 22M. ¡No puede ser! No puede ser que los voraces epulones de los mercados, impenitentes ladrones de guante blanco, reciban el 20N un apoyo, aún mayor, de España. No puede ser que la ideología y la praxis de un partido de derecha sean elegidas para resolver una crisis creada por la ambición insaciable de los usureros, dueños del gran capital. Y si todos hemos podido comprobar que también la ideología y la praxis de izquierda han hecho indigna genuflexión ante el gran capital, sin embargo, es verdad históricamente comprobada que la izquierda frena más y mejor la voracidad del sistema capitalista que la derecha. No puede ser que los mercados, sostenidos por la derecha economicista, injusta e insolidaria, entren en España el 20N, no ya por la ventana; sino por la puerta principal y bajo palio. ¡Eso no puede ser! ¡Como tampoco puede ser que los y las candidatos del PP actúen, desde hace tiempo, como si ya se hubieran celebrado las elecciones y hubieran obtenido la mayoría absoluta! ¡No puede ser que se hipnotice y se manipule al pueblo soberano de esa forma tan burda!
Acabo refiriéndome a la falsa premisa desde la que partía el otro día un amigo del PP. Me dijo que su voto, en conciencia, sería para la derecha porque esa ideología está más cerca de su fe, como creyente cristiano. Y seguramente que esa razón es compartida por una inmensa mayoría de votantes. Sólo que esa razón esconde una gran falacia. Ser creyente cristiano no es sinónimo de ser creyente católico. El cristianismo auténtico y original, es decir, el nuevo Camino que Jesús de Nazareth propuso a la humanidad y por el que fue ejecutado por la cúpula política y religiosa, romana y judía, dejó de ser cristianismo cuando, por decisión de Constantino el Grande se convirtió en una religión de Estado, una religión de poder. El cristianismo de Jesús no es el catolicismo de los obispos monárquicos ni, posteriormente el de los papas. Si utilizamos, interpretándolos, términos modernos, Jesús fue un hombre claramente de izquierda, se enfrentó con la derecha religiosa, económica y política y fue asesinado por ella. A estas alturas de la llamada “era cristiana”, no es bueno seguir con tan serias y, a veces, alimentadas confusiones. ¡Eso, ni puede ni debe ser!

2 comentarios:

  1. Te sigo, que me ha gustado mucho leerte.

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  2. ¡AMEN, HERMANO!
    ¡OJALA Y TE LEEAN MUCHOS, Y AL MENOS REFLEXIONEN Y DECIDAN EN CONCIENCIA, Y NO OBEDEZCAN A SUS JEFECILLOS, SEAN CUALES FUERAN!

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