miércoles, 5 de octubre de 2011

DOBLE TRAICIÓN CATÓLICA (I)

La triple negación que Pedro, el pescador, hizo de Jesús de Nazareth, pasó a la historia como una señal de lo que podía ser posible entre los seguidores del maestro nazareno. Ese mismo día, su compañero, Judas Iscariote, se le había adelantado en la traición a Jesús camuflada en un beso. A partir de entonces, las traiciones dirigidas a Jesús desde las filas de sus falsos seguidores se han alternado con otras tantas heroicas fidelidades de sus auténticos fieles. A mi juicio, tras mucho estudiar, investigar, pensar y, sobre todo, observar desde dentro y desde fuera de la iglesia católica, contabilizo tres traiciones fundamentales entre los seguidores de Jesús de Nazareth. La primera traición es la institución del Papado. Ya antes de que Constantino el Grande (280-337 d.C) hiciera del cristianismo una religión de poder, crecía entre los seguidores de Jesús el ansia de ambición insaciable de los obispos sobre los ancianos y pastores (términos que eran intercambiables en el Nuevo Testamento), hasta que lograron imponer su máxima autoridad al estilo monárquico. Los obispos de Roma y de Constantinopla alzaron su preeminencia sobre los obispos de las otras tres grandes “diócesis”. Alejandría, Antioquia y Jerusalén. Simultáneamente crecía la polémica sobre cuál debía ser el “obispo primado”, el de Roma o el de Constantinopla. Olvidaron aquello de que “el que quiera ser el primero, que se ponga el último”, o lo otro: “no vine a ser servido, sino a servir”, o lo otro: “mi reino no es de este mundo”, o lo otro: “den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”… En cuestión de tres siglos los obispos de Roma  lograron hacer creer, con engaño y a golpes de autoridad, (desde luego no a los constantinopolitanos, ni a los antioquenos, ni a los alejandrinos, ni a los jerosolimitanos) que Pedro, el pescador y apóstol de Jesús, había sido obispo de Roma, que Jesús lo había nombrado su Vicario y, que, por tanto, el actual obispo de Roma era el legítimo sucesor de Pedro, con máxima autoridad sobre el  mundo cristiano. Los primeros obispos romanos responsables de esta gran farsa y traición fueron: Dámaso (366), Siricio (384), León I (440), Gregorio el Grande (590) y Bonifacio III (607). A partir de ahí, la traición quedó no sólo cometida; sino consolidada “per saecula saeculorum”, de manera que todos los Papas hasta el actual, que hace el número 265, siguen consumando esta gran traición al Maestro que dicen representar como Vicarios.  Es mi total convicción, como la de los teólogos “libre pensadores”, que el Papado no sólo no fue instituido por  el apóstol Pedro, ni mucho menos por Jesús de Nazareth; sino que, como tal institución, es absolutamente contraria al mensaje, a la vida y a la voluntad expresa del Maestro nazareno. Un Papa, “rex regum”, “imperator imperatorum”, Jefe de Estado, Monarca Absoluto, Summus Pontifex es simplemente imposible que sea, a la vez, Vicario de Cristo, de aquel Jesús  que todos sabemos quién fue y cómo vivió. El Papado hiere mortalmente el mensaje cristiano de igualdad entre todos los seres humanos e hijos del único Padre Dios.  Desde su institución aparecen apelativos católicos impensables en la mente de Jesús: Sumo Pontífice, Santo Padre, Eminentísimo Sr. Cardenal, Excelentísimo Sr. Obispo, Clero (segregado) y Laico (pueblo). El Papa, Monarca-Jefe de Estado y Sumo Pontífice, mezcla en su persona el poder mundano con el poder espiritual, lo cual es una traición a Jesús, cuyo reino no es de este mundo. Jesús rechazó radicalmente las desigualdades y las clases; el Papado, sin embargo, las reinstaura y las afianza, a pesar de que Jesús dijo que no se llamara a nadie maestro, ni padre, ni doctor. Como Nimrod de Babilonia o los Emperadores de Roma, y el Papado, imitando a ambos, unieron el poder político-económico y el religioso: Monarca-Jefe de Estado y Sumo Pontífice a la vez ¿No es esto traicionar a Jesús? ¿No es ésta una traición peor que la de Judas y la de Pedro? La teología vendrá  luego a intentar fundamentar este gran delito de prevaricación, convirtiéndose en el alma de la rígida estructura de una religión.

1 comentario:

  1. Video YouTube de José Saramago sobre la iglesia.

    www.youtube.com/watch?v=4wYejPtGfqo&feature=related

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