El líder más influyente de la ultraderecha norteamericana, Glenn Beck, hizo una masiva exhibición de fuerza, hace unos meses, en el mismísimo corazón de USA. La ídolo de pies de barro, Sarah Palin, candidata a la Vicepresidencia y que hizo rodar por los suelos a su guerrillero jefe McCain, fue una de sus estrellas invitadas.
Se atrevieron estos de la derecha +, acompañados y jaleados por los más auto endiosados de la ultraderecha, a reunirse justo donde Luther King pronunció hace 47 años su discurso de protesta contra
los predecesores ideológicos del mediático gurú Glenn Beck, de la republicana Palin y de todos y cada uno de los religiosos patrióticos que llenaban la plaza del mausoleo dedicado al presidente Abraham Lincoln.
¡Fuerte provocación, fuerte insulto y fuerte gente sin vergüenza alguna! En aquella “Fiesta del Te”” (Tea party), no había sino un pequeño grupo de negros, digo yo si serían los “hijos agradecidos” de los últimos esclavos. Probablemente, fueron los únicos negros que no empalidecieron al oir a Palin, cuando enseñaba sus dientes de perla apropiándose del legado de Martin Luther en pro de los derechos civiles. Ante esto no cabe el grito de ¡qué vergüenza!; sino el más apropiado de ¡qué sin-vergüenza! Es la misma derecha que se ha alzado con el propósito de torpedear y hundir al que, asombrosamente, consideran socialista Obama. Las sinrazones de la derecha norteamericana para perseguir a Obama son varias. La primera es porque es negro, casado con una negra y con hijas negras, los fundamentalistas y conservadores rubios efebos, de ojos azules, y descendientes de sangre, así mismo azul, británica, se sienten incómodos y humillados con un presidente negro. La segunda razón de la obamafobia de la derecha USA es que ese presidente negro denuncia públicamente, con claridad, las injusticias y gravísimas marrullerías de las élites financieras y les impone una reparación económica por su delito contra la humanidad. Además, la nueva fobia contra Obama también procede de su reforma sanitaria, nunca realizada por ningún otro Presidente USA, que ha dado un duro golpe a las mafias de las compañías de seguros y a las farmacéuticas. Es decir, el Presidente Obama tiene una conciencia igualitaria y unitaria de la humanidad, sus opositores y detractores respiran y viven desde una conciencia de desigualdad y de separatividad entre los seres humanos. Para Obama, los seres humanos somos esencialmente iguales y unidos y esto trae consecuencias sociales, laborales y éticas, incluso económicas y financieras, que son de carácter revolucionario. Sin embargo, para los que aún están en el nivel de conciencia desigual y separativa, cosa que disimulan con una religiosidad ritualista obsesiva, tiene que haber muchos pobres para que haya pocos ricos; tiene que haber trabajo inhumano para que haya boom de la técnica; tiene que haber hombres (negros si es posible…) explotados hasta la indignidad que extraigan casiterita de las minas del Congo, para que la industria de la telefonía móvil y la de los circuitos informáticos rompan toda expectativa de éxito productivo y de acogida en el mercado; tiene que haber venta masiva de armas, cada vez más destructivas, para que los pocos se enriquezcan a costa del lacerante dolor y la muerte de los muchos; tiene que haber usura y abuso financieros para que haya muchos que pierdan sus casas y otros pocos con sueldazos para vivir dos largas vidas; tiene que haber sida o gripe A, frutos diabólicos de la manipulación química, para que las arcas de la mafia farmacéutica revienten de dólares. En fin, la letanía de aberrantes desigualdades sociales supera con mucho a la del rosario mariano.
Pero, no debemos olvidar que la crisis sistémica que nos angustia (¡ojo! aunque no a todos…) es crisis de la ciencia y si la ciencia es conocimiento, la ciencia ha resuelto problemas puntuales, sobre todo en el mundo de la técnica y de la sanidad; pero la ciencia no ha resuelto nunca el universal problema de la desigualdad y de la separatividad de los seres humanos. Por eso estas crisis serán cíclicas sin remedio. Claro que la ciencia, usada por conciencias igualitarias y unitivas, puede resolver el inmenso problema de la pobreza y del sufrimiento innecesario de la humanidad, pero, ¿son los gestores del poder político y económico gente con esta conciencia de igualdad y de unión, son personas que han superado el nivel infantil y egoísta de la conciencia de desigualdad y de separación? Y lo que es más decisivo, ¿están todas las personas de ciencia al servicio científico de la humanidad? ¿No es verdad que hay “pseudo científicos” al servicio de las mafias del poder y del dinero, incluso fabricando venenos para la humanidad? No cabe la menor duda de que detrás de la ciencia, que es conocimiento, está la con-ciencia que es conocimiento con, conocimiento con algo más. Y ese algo más es la visión ética, es decir igualitaria y unitiva de la sociedad humana.
Sin embargo y a pesar de esta fulgurante evidencia, siguen creyendo los expertos en economía y finanzas que el arreglo de esta crisis global y sistémica tiene que ser de orden económico y financiero. ¡Son los de conciencia desigual y separativa, que es lo mismo que decir los de conciencia neoliberal de toda la vida! ¡Ojalá que esta crisis fuera solamente económica y financiera, ojalá sólo fuera el resultado de gestiones equivocadas, o incluso intencionadamente corruptas, de banqueros y amos del poder económico! ¡Si así fuera, la solución sería mucho más fácil! Esta crisis de la humanidad señala, con su índice acusador, un largo trayecto que va desde los estratos más visibles de la personalidad donde están la economía y las finanzas, bajando hacia estratos cada vez más profundos, donde residen los valores humanos y espirituales, hasta llegar a señalar a la mismísima conciencia, solitaria y soberana habitante del alma personal.
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