lunes, 4 de julio de 2011

AGRESIVIDAD Y VIOLENCIA

Es algo grave que las palabras terminen por gastarse y por confundirse con otras. Se puede confundir, por ejemplo, respeto con miedo, libertad con espontaneidad o, en el caso que nos ocupa, agresividad con violencia. Es un triste error creer que una persona agresiva es una persona violenta. También se equivoca quien cree que una persona que maltrata, que hiere e, incluso, que mata es una persona agresiva. Ni desde el punto de vista fonético, ni gramatical, ni etimológico, las palabras agresividad y violencia tienen nada que ver entre sí. Agresividad es lo que la sociedad española lleva reprimiendo desde hace siglos ante banqueros y políticos y que con el movimiento del 15 M se ha activado. Sin embargo, lo que algunos incontrolados del propio 15 M hicieron ante el Parlamento de Barcelona, eso es violencia, la misma que le sobra por completo a ETA. Agresividad, del verbo latino aggredi, es la capacidad de autonomía, de creatividad, de emprendimiento, que también es capacidad de auto cuidado, de reivindicación y defensa de los propios derechos y de la propia dignidad. La agresividad es la actitud habitual, normal y saludable de un adulto humano, sano y libre. La agresividad y la sexualidad son los dos instintos básicos que propulsan a las personas hacia la libertad y la autorrealización personal y colectiva. Por eso, la forma más sibilina y sádicamente certera de impedir la libertad de las personas es bombardearles la agresividad y la sexualidad. La jerarquía católica, por poner el ejemplo más curioso, propone la castidad en vez de sexualidad y la obediencia en vez de agresividad. ¿Cómo se le ocurrió al Papado de dos milenios reprimir la agresividad y la sexualidad de la gente? La jerarquía católica engaña al mundo diciendo que ser obediente es mejor que ser agresivo y que ser casto mejor que ser sexual. ¡Qué traición más finamente montada a Jesús de Nazareth y que forma más contundente de alzarse y cronificarse en el poder explotador! Cuando la agresividad se hace destructiva y deja, por tanto, de ser agresividad, se llama violencia; pero es que a la sexualidad le pasa lo mismo, cuando se vuelve destructiva, cambia de nombre y también se llama violación. Ningún violento es agresivo, igual que ningún violador es amante. La sociedad española y, más ampliamente, la sociedad europea y mundial, tiene que sacar a la superficie su agresividad reprimida. Permítanme que diga algo poco sabido: los dueños del dinero, los dioses de las finanzas y de la economía, los siervos corruptos de la política temen mucho más a la agresividad que a la violencia. Zapatero y, mucho más, Rajoy tienen pánico a la agresividad de la sociedad civil Ante la violencia se sienten justificados y recurren a las policías y a los ejércitos para aplastarla. Pero, ante la agresividad, que es fortaleza, dignidad, pacifismo y constancia, se echan a temblar. Ante la agresividad de la sociedad civil, los insostenibles de las finanzas, de la economía y de la política, o cambian o saben que serán cambiados, junto con el sistema que los sostiene. La agresividad, (igual que la sexualidad, aunque de ella hablaríamos en otra ocasión), es el sentimiento procedente de la conciencia de dignidad, de autovaloración, de potencia y de capacidad de cada ser humano. Por eso, la agresividad para las dictaduras, tanto financiero-económicas, como políticas, como religiosas es el peor de los enemigos y, por esa sinrazón, la reprimen, no la fomentan en el sistema educativo, la silencian en los catecismos y en la formación teológica e intentan sustituirla por la obediencia, que, aunque el teólogo papa Benedicto diga lo contrario, la virtud teológica más importante para la jerarquía católica, de facto, es la obediencia y no el AMOR. ¡Ojalá todos los que nos hemos sentido despertados por el movimiento del 15 M, seamos agresivos sin tregua! ¡Nunca violentos, porque violencia es la que quiere el sistema para seguir asfixiándonos! Mahatma Gandhi venció no por su violencia; sino por su contundente agresividad.

1 comentario:

  1. Me ha parecido un artículo muy interesante, una aportación psicológica para entender mejor el movimiento 15 M y también para mejorarlo y extenderlo.
    Saludos

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